En el marco del Congreso Nacional de la CTA se realizó este viernes el Seminario Internacional con la participación de 25 delegaciones de todo el mundo, la presencia de federaciones globales y referentes de la CTA-T y la CGT.
En la sede nacional de la CTA se realizó hoy el seminario internacional “Estrategias de la clase trabajadora para la Justicia Social y la Soberanía de los Pueblos”, que contó con las palabras de apertura de los dirigentes, Hugo Godoy, Secretario General de la Central, y Adolfo Aguirre, Secretario de Relaciones Internacionales.
Se destacó la importancia de este encuentro que cuenta con 40 delegados y delegadas sindicales de 25 organizaciones de América Latina, el Caribe, Europa y África. La máxima representación que haya tenido la CTA desde su primer Congreso en 1996.
“Estos encuentros, con semejante asistencia, permiten lograr formas de fortalecer y hacer crecer la presencia sindical en todo el mundo.”, valoró Aguirre.
En la misma línea, el dirigente consideró que el sindicalismo internacional requiere “coordinar experiencias, prácticas y lenguaje con otras agendas del campo popular como la de género, ambiental, racial, migratoria, y tecnológica para que expresen los intereses y la visión de nuestra clase”.
“Necesitamos un sindicalismo de resistencia pero también de ofensiva, creativo, rejuvenecido, que defienda derechos y conquistas, pero que también apueste por impulsar una agenda transformadora propia con horizonte de futuro, que dé la lucha por los valores para enfrentar a la reacción.”, concluyó Aguirre.
Luego, Godoy destacó las muestras de respaldo de la comunidad sindical internacional, cuando el 24 de Enero pasado se convocó en Argentina a un Paro Nacional: “No recordamos, en los años recientes, una demostración tan grande de solidaridad internacional. Para ello creo que tenemos que remontarnos a tiempos de la dictadura en nuestro país. Y esto no es casual, porque el Gobierno actual reproduce y aplica conceptos fascistas y genocidas”.
“Que esta sea la razón por la cual generamos como país semejante lugar de atención en el mundo. En Argentina, hoy estamos atravesando una experiencia de laboratorio similar a la que implicó el pinochetismo para Chile.”, lamentó el dirigente.
A su vez, el titular de la CTA Autónoma también apuntó contra la influencia de Estados Unidos en la victoria de las propuestas fascistas en el mundo: “El principal sostén de ese imperio decadente es alentar la división y la guerra, porque pretende enfrentar pueblos contra pueblos, y así alimentar su industria y su control militar. Sin embargo, nosotros debemos seguir construyendo fuerza popular y una verdadera unidad para lograr una democracia plena que permita pueblos emancipados”.
En la previa del Congreso Nacional delegaciones de centrales sindicales hermanas, integrantes del Consejo Ejecutivo de la Central, miembros del Consejo de Política Internacional e invitados especiales coincidieron que en tiempos de crisis del capitalismo global, incremento de los conflictos bélicos, guerra y de profundización de la lucha de clases, es estratégico fortalecer los espacios de debate e intercambio de ideas para crear una respuesta del movimiento de trabajadores y sus organizaciones, potenciando la coordinación internacional en una dinámica global cambiante y desordenada.
Al respecto, Antonio Lisboa, Presidente Adjunto de la Confederación Sindical Internacional (CSI) y secretario de Relaciones Internacionales de la CUT Brasil, sostuvo: “Necesitamos afrontar los desafíos globales pero sin dejar de atender las necesidades particulares”. En ese sentido, puso como ejemplo la resistencia del pueblo palestino y la solidaridad mundial de los trabajadores.
Lisboa también hizo referencia al avance de la derecha y el neoliberalismo en el mundo: “La precarización y las privatizaciones explican, en gran medida, la llegada de personajes como Milei al poder”.
A su turno, el Secretario General de la Confederación Sindical de las Américas (CSA), Rafael Freire, instó a discutir cual es la visión del sindicalismo internacional: “Nuestra energía está enfocada en crear una gran unidad sindical. Pero no estamos contentos con la cantidad de centrales sindicales que representamos, porque la mitad de los trabajadores y trabajadoras están por fuera del trabajo reconocido por los sindicatos. Necesitamos representar también a trabajadores y trabajadoras que no tienen un contrato formal y así poder defenderlos. Hay que lograr fórmulas para representar a los sectores a los que aún no hemos llegado”.
“Necesitamos un sindicalismo activo, no declarativo, con compromiso social. Nuestra energía no está para luchar dentro del sector sindical, sino afuera. No hacemos unidad por decreto, ni sin confianza. Hay que construir relaciones para fortalecer la unidad.”, agregó Freire.
En tanto, Hugo Yasky, Secretario General de la CTA de los Trabajadores (CTAT), fue crítico de las defecciones de los gobiernos progresistas y reivindicó a líderes como Chávez, Lula, Correa, Mujica y Kirchner: “Mientras sigamos atados a la dependencia política y económica del imperio, difícilmente podamos considerar un modelo que nos permita vivir con dignidad.”.
Marta Pujada, de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CGT, también hizo referencia a la respuesta del movimiento popular al avance de las derechas globales: “La derecha es un huracán que deja tierra arrasada. Rompe todas las instituciones, el parlamento, el federalismo y la propia democracia. Frente a eso, debemos hacer una autocrítica y reposicionar al sindicalismo para salir de la resignación y construir la sociedad que queremos”.
La representante para América Latina y el Caribe de la Federación Global de la Industria (IndustriALL), Soledad Calle, señaló: “El capitalismo global está en una etapa en donde las corporaciones y los estados disputan quién va a conducir el proceso. Nuestro papel desde el sindicalismo es ponerle freno sosteniendo derechos y, por eso, para ellos somos el enemigo”.
Por su parte, Eliana Aguirre, representante de la CTA en el Comité de la Juventud Trabajadora de la CSA coincidió en que “resistir a los gobiernos fascistas y a las derechas globales es un deber de los sindicatos, pero también construir propuestas para la salida de la crisis y para eso es indispensable fortalecer la unidad de la clase trabajadora”.
Paola Egusquiza, Secretaria de Relaciones Internacionales de la Central Autónoma de Trabajadores del Perú (CATP), hizo hincapié en el impacto que está teniendo la revolución tecnológica en el mundo del trabajo: “Debemos advertir que aquellos que hoy tienen trabajo, aún en condiciones de precariedad, están también amenazados. La revolución tecnológica a muy corto plazo los desplazará al desempleo”.
Por último, Marcelo Abdala, Presidente de la central obrera uruguaya PIT-CNT, resaltó la importancia del debate aunque admitió la complejidad de los problemas que enfrentan los trabajadores: “Debemos movilizar el pensamiento para identificar nuestros problemas. Nuestro aporte debe ser desde una mirada de largo plazo conscientes de que somos protagonistas de la historia.”.
“Debemos preguntarnos cuál es la sociedad que necesitamos donde la extracción de plusvalía, la acumulación de capital y la financiarización de la vida no esté presente, y no determine la organización de la sociedad.”, cerró el dirigente uruguayo.
También tomaron la palabra en este seminario dirigentes de la UGT y Comisiones Obreras de España; CUT y CGT de Colombia; CGT de Portugal; CUT-A de Paraguay; CFDT y CGT de Francia; CUT de Chile; NCT y STUNAM de México; UGTSario del Sahara Occidental; CIG de Galicia; LAB y ELA de País Vasco; Conusi de Panamá, CAT de Perú; FGTB de Bélgica; CGIL de Italia; CTB de Brasil; Comité Haitiano; Intersindical de Cataluña y de Valencia; y la representación de la Federación Palestina.
Todas las delegaciones expresaron su solidaridad con la causa palestina, y repudiaron el genocidio que el Estado de Israel perpetra en Gaza y Cisjordania. Además, coincidieron en manifestar el respaldo al pueblo saharaui en su lucha por la autodeterminación.
En cuanto al desarrollo del seminario, felicitaron a la CTA por el nivel de debate y participación que permitió el encuentro, en el que se coincidió en la necesidad de profundizar la unidad de clase ante el avance del fascismo en el mundo.