La inflación y las trabas al comercio, lo que más preocupa a las pymes

Ni los impuestos ni la cotización del dólar lideran la lista de inquietudes de las pequeñas y medianas empresas. La inflación y los obstáculos al comercio son las cuestiones que concentran la preocupación de las pymes en cuanto a la marcha de sus negocios. A esta conclusión arribó un relevamiento del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral.

“Cuando hicimos la primera edición de este relevamiento, en el segundo semestre de 2021, las pymes se mostraban preocupadas, en primer lugar, por la inestabilidad de las reglas de juego; luego, por la inflación y, recién en tercer lugar, por las trabas al comercio”, explica Guillermo Fraile, director académico de los programas de Dirección de la Pequeña y Mediana Empresa (DPME) del IAE Business School. Justamente, para tomar mejores decisiones en el marco de la volátil coyuntura macroeconómica actual, unos 300 dueños, socios, gerentes generales y directivos de pymes están participando este año de los programas de DPME que lidera Fraile.

En una encuesta del IAE Business School a 425 pequeñas y medianas empresas, realizada entre el 24 de junio y el 3 de julio, 34% de los consultados respondieron que su principal intranquilidad está asociada a la evolución del nivel general de precios. Por otra parte, un 29% contestó que su máxima preocupación son las trabas para la importación y exportación. En cambio, la inestabilidad de reglas de juego (20%); la volatilidad cambiaria (10%) y la presión impositiva (7%) quedaron por detrás en la agenda de las pymes.

“Cuando hay inflación, los precios de los distintos bienes no aumentan todos en la misma proporción, sino que algunos aumentan más que otros. Entonces, la información financiera, aún la ajustada por inflación, no refleja la realidad y, en consecuencia, no sirve para la toma de decisiones. Las cifras no son comparables porque la estructura de precios relativos se distorsiona. Esto dificulta la toma de decisiones de inversión y financiamiento”, sostiene Fraile, quien además es profesor titular del área de Dirección Financiera.

“Si los precios están cambiando continuamente, dejan de cumplir su función informativa: se dificulta saber si los precios de un proveedor se han tornado altos en relación a los de sus competidores. Por otra parte, se complica predecir los efectos sobre la demanda de una suba de los precios de mayor o menor cuantía”, agrega. “Hay contratos que se rompen porque hay que renegociar los precios y se recortan los horizontes de planeamiento de las empresas”, enfatiza.

“La inflación y las trabas con el comercio exterior paralizan la gestión de las pymes y, en consecuencia, se frenan las inversiones por falta de recursos financieros y de materias primas para la producción. Sin inversiones, no se generan nuevos puestos de trabajo”, explica. “El empresario pyme tiene en su ADN una tendencia muy clara al crecimiento y la expansión. Pero para crecer, necesitan insumos y financiamiento. La inflación y las trabas a la importación son la amenaza más inmediata que enfrentan, a tal punto que superan otros aspectos tradicionalmente prioritarios, como la presión fiscal o el cambio de las reglas de juego”, agrega.

La situación de la empresa versus la del país
En cuanto a qué resultado esperan para su empresa en los próximos seis meses, las expectativas, aunque similares a las del semestre pasado, son significativamente peores que en el primer semestre de 2022. Casi la mitad (51%) de los encuestados consideran que los resultados serán los mismos; 26% que serán mejores y 23% que empeorarán. Mientras que, en el primer semestre de 2022, esos porcentajes eran de 46%, 41% y 13%, respectivamente, y en el segundo semestre de 2022, 51%, 24% y 24 por ciento.

No obstante, las expectativas sobre la situación del país de cara a los próximos seis meses son un poco mejores que en el primer semestre de 2022. Mientras en el segundo semestre de 2022, 67% esperaban que la situación del país empeorara; ahora ese porcentaje bajó al 62 por ciento. “Los resultados son similares a los de diciembre de 2022, pero hay diferencias con junio de 2022”, enfatiza Fraile. “Respecto de un año atrás, las expectativas han empeorado, a pesar de que hay cierta expectativa de mejora de la situación del país en el próximo semestre”, agrega y destaca que “la encuesta se hizo después de la definición de los precandidatos presidenciales”, un factor que podría haber pesado en esta leve recuperación de las esperanzas.

La escasez de talento, una constante
Ocho de cada diez empresas confesó haber tenido dificultades para conseguir los talentos necesarios para cubrir los puestos. Por otra parte, 18% se vieron obligados a reducir parte de su plantilla de personal en los últimos seis meses, tres puntos porcentuales más que en el semestre anterior y dos puntos porcentuales más que en el primer semestre de 2022.

Inversiones
A pesar del pesimismo, 54% de las empresas encuestadas dijo tener prevista alguna inversión relevante en activos fijos en los próximos doce meses, ocho puntos porcentuales más que en el segundo semestre de 2022 y cinco puntos porcentuales más que en el primer semestre de 2022.

Ficha técnica de la encuesta:
Tamaño de la muestra: 425 encuestados
Fecha de realización: Del 24 de junio al 3 de julio de 2023
Ámbito: nacional
Periodicidad: semestral